Jamás me sentirás cerca para dictarte una estrofa. Quédate ahí con tu Genio del odio y con tu Genio del ridículo
La musa academica
La pérdida de la aureola, ese halo de santidad e inspiración que tradicionalmente rodeaba al poeta, simboliza la ruptura con la figura romántica del artista como un ser superior y apartado del mundo. Baudelaire, al despojarse de esta aureola, se sumerge en la realidad cruda y caótica de la ciudad moderna.
La pérdida de la aureola
—¡Eh! ¿Qué haces aquí, amigo? ¡Tú en un lugar de perdición! ¡Tú, bebedor de quintas esencias! ¡Tú, devorador de ambrosía! De verdad, esto me sorprende. —Amigo, conoces mi terror a los caballos y los carruajes. Hace un rato, mientras cruzaba el bulevar a toda prisa, saltando entre el barro, en ese caos en movimiento donde la muerte llega al galope desde todos lados a la vez, mi aureola, en un movimiento brusco, se deslizó de mi cabeza hacia el barro del macadán. No tuve el valor de recogerla. Consideré menos desagradable perder mis insignias que romperme los huesos. Y luego, me dije a mí mismo, para algo es bueno el mal. Ahora puedo pasear de incógnito, cometer actos viles y entregarme a la depravación, como los simples mortales. ¡Y aquí estoy, completamente igual a ti, como puedes ver! —¿Al menos deberías poner un cartel con tu aureola o pedir al comisario que la reclame? —¡Ni hablar! Aquí me encuentro bien. Solo tú me has reconocido. Además, la dignidad me aburre. Luego pienso con alegría que algún mal poeta la recogerá y se la pondrá insolentemente. ¡Qué placer hacer un feliz! ¡Y sobre todo un feliz que me hará reír! ¡Piensa en X o en Z! ¡Ja! ¡Qué divertido será!
Notas
La musa, grácil y blanca, la musa de labios rosados, en cuyos ojos se refleja la inmensidad de los cielos, dejo escapar, de sus labios de fresa, estas palabras impregnadas de almizcle:
"Sigue profanando los versos sagrados y conviértelos en flechas que hieran, en reptiles que envenenen, en INRIs que escarnezcan; remueve el fango de la envidia; recoge cieno y arrójalo a lo alto, a riesgo de mancharte; tú, que podrías llevar una aureola si cantaras lo sublime, activa las envidias dormidas. Yo voy a buscar a los poetas, a los enamorados del arte y de la vida, de las venus de mármol que sonríen en el fondo de los bosques oscuros y de las Venus de carne que sonríen en las alcobas perfumadas; de los cantos y de las músicas de la naturaleza, de los besos suaves y de las luchas ásperas; de las sederías multicolores y de las espadas severas. Jamás me sentirás cerca para dictarte una estrofa. Quédate ahí con tu Genio del odio y con tu Genio del ridículo".
Este poema esta relacionado con el poema Bendición.